1. Elige quién va a ser el lector de tu texto. Conocer a tu público es básico, necesitas saber a quién le interesa tu producto o servicio, cuál es su necesidad, qué le gusta, dónde compra, qué lugares frecuenta y sobre todo: cómo buscaría lo que le ofreces.
“Conocer bien a tu cliente, te ayudará a saber cómo te va a encontrar”.
2. Piensa qué tipo de palabras son entendibles para tu lector. La palabras clave o keywords son básicas y necesarias al momento de la búsqueda, si eliges las correctas te encontrarán más fácil.
3. Elige un tema relacionado con las palabras claves y que de alguna manera le brinden algún tipo de ayuda a tu posible cliente. Recuerda que el blog no intenta vender sino ayudar. El blog es una herramienta de fidelización.
4. Escribe todas las ideas que se te ocurran, sobre el tema elegido, en desorden. Es momento de crear no de descartar, así que anota todo, no discrimines nada que al final todo sirve
5. Ordena las ideas desde la menos importante hasta la más importante. Recuerda que el título y el primer párrafo son cruciales al momento de escribir y son lo que logra que el texto se lea, así, si jerarquizas, lo más importante siempre va a estar arriba y obligará a leer todo el texto.
“Un texto bien escrito, te da credibilidad ante tus clientes”.
6. Desarrolla cada idea por separado. Cada punto de tu redacción merece un análisis que puede ir por separado, así aseguras un número de palabras importante para que los buscadores mecánicos te posicionen mejor.
7. Trata de ser lo más descriptivo posible, piensa que tu lector tal vez no conozca el tema en cuestión. Muchas veces escribimos creyendo que el lector sabe de qué estamos hablando y puede ser que utilicemos términos complicados o en otro idioma que para nosotros son comunes pero que el lector desconoce.
8. Pasa el corrector ortográfico por todo el texto. Las faltas ortográficas son enemigas escurridizas que logran esconderse de nuestro campo visual, por lo que nunca está por demás usar el corrector para encontrarlas.
“Las faltas ortográficas cortan la atención al lector; es más importante la falta que lo que está leyendo”.
9. Usa un diccionario si no estás seguro de alguna palabra. Desconocer no es pecado y ante la duda, el mejor amigo es el diccionario. En Google hay muchos.
10. Elimina lo que sea redundante o que no aporte a la lectura. Volver a decir lo mismo pero con diferentes palabras no es un buen recurso a la hora de redactar, desechar lo que no aporta para que la lectura sea.
11. Lee el texto en voz alta.